lunes, 28 de abril de 2014

La reacción humana y sus efectos ante la divulgación de sucesos negativos.




El embudo del péndulo.

La psique de un hombre funciona del siguiente modo: reacciona más a los irritantes negativos. Estos pueden ser información indeseable, acciones hostiles, peligro o simplemente energía negativa. Por supuesto, las influencias positivas también pueden agitar fuertes emociones. Pero el miedo y la rabia exceden con mucho a la alegría y la felicidad en fuerza. La razón de esta desigualdad viene de los tiempos antiguos, cuando el miedo y la rabia eran factores cruciales para la supervivencia. ¿Para qué sirve la alegría en un contexto como ese? No ayuda a defenderse, ni a evitar el peligro o a obtener alimento. Y luego, por supuesto, la vida se llenó de cargas y dificultades, a lo largo de toda la historia del hombre, y produjo más pena y miedo que alegría y felicidad. Este fue el origen de la tendencia del hombre a ceder más fácilmente a pensamientos melancólicos y a la depresión, mientras la alegría y la felicidad se desvanecen más rápidamente. ¿Has escuchado alguna vez, por ejemplo, que una persona normal sufra por demasiada alegría? Sin embargo, de estrés y depresión con bastante frecuencia.

Los péndulos y, en particular, los medios de masas, utilizan activamente esos rasgos peculiares de la percepción humana. Rara vez escuchas algo bueno en las noticias. Normalmente, en un programa de noticias, funciona algo como esto: consigues un hecho negativo, sigues la historia con especial cobertura, surgen nuevos detalles, y todo es bien saboreado y dramatizado de varias formas.

Con este mismo principio, se nos presentan otras noticias: catástrofes, desastres naturales, actos terroristas, conflictos armados y así sucesivamente. Observa el patrón que funciona aquí. Los acontecimientos se desarrollan a modo de una espiral: al principio está la trama, después es desenredada la historia, exponiendo más detalles, la tensión va subiendo, luego hay una culminación, las emociones están ya encendidas a su máximo, y finalmente, la historia llega a una conclusión: toda la energía se disuelve en el espacio, y una calma temporal desciende sobre los espectadores. Recuerda cómo las olas golpean contra la orilla.
 

Las interminables series de TV se hacen con el mismo principio. Desde un punto de vista objetivo, no tienen nada de especial, todo el «drama» es creado literalmente del aire. Sin embargo, con sólo mirar dos o tres episodios... estás enganchado. ¿Por qué?, Después de todo, no pasa nunca nada particularmente interesante en esos culebrones. Pero eres enganchado porque la frecuencia de emisión mental es capturada por el péndulo de las series de TV, y tu atención se queda fijada en un sector dado.

Veamos el mecanismo responsable del desarrollo de la espiral arriba mencionada. Al comienzo, un hombre se enfrenta con el hecho de que teóricamente podría alterarle; o no. Supongamos que es una noticia sobre un suceso negativo que tuvo lugar en otro país. Este es el primer empujón del péndulo destructivo. Si a la persona le afectan de alguna forma la noticia, empieza a responder al estímulo: expresa su actitud hacia ello, lo vive. Significa que como respuesta, emite energía del mismo tipo y en la misma frecuencia que el primer empujón del péndulo. Esa persona, al igual que muchos otros miles, ha respondido al péndulo con interés y participación. Su emisión entra en resonancia con el péndulo y así, su energía ha aumentado. Los medios de masas continúan su campaña. El hombre sigue el desarrollo de los acontecimientos con interés, así el péndulo de nuevo recibe alimento. Es así como el péndulo atrae adeptos a su propia red y sigue bombeando energía de ellos. La gente que estaba interesada en estas noticias permite que la energía negativa entre en ellos, y así se ven envueltos en el juego, por ahora como observadores.

A primera vista, no ha pasado nada extraordinario; es un hecho cotidiano. ¿Qué pasa si un hombre da un poquito de energía para alimentar a un péndulo destructivo? Eso prácticamente no ha afectado a su salud. Sin embargo, en realidad, al emitir energía en la frecuencia de sucesos negativos, un hombre se traslada a las líneas de vida donde acontecimientos semejantes tendrán lugar cada vez más cerca de él. Él participa en la creación de la trama y se encuentra en la zona de acción de la espiral, que se está desencadenando, girando cada vez más rápido, atrayéndole hacia dentro, como un embudo. La interacción entre el hombre y el péndulo se hace cada vez más estrecha, y el hombre ya acepta el suceso antes mencionado como una parte inevitable de su vida. Su atención se vuelve selectiva y en todas partes nuevos hechos sobre sucesos semejantes empiezan a saltar. Los discute con sus amigos íntimos y familiares, y ellos reaccionan con interés y empatía. La energía del péndulo está creciendo, mientras el hombre se va acercando, por la frecuencia de su emisión, a las líneas donde él ya no es un observador, sino un participante directo en el suceso.

Podemos definir el fenómeno de ser atraído al embudo como una transición inducida a una línea de vida donde el partidario se convierte en una víctima del péndulo destructivo. El siguiente proceso se puede identificar como una transición inducida: tú respondes al empuje de un péndulo destructivo, el péndulo empuja de vuelta dándote un poco de energía de su oscilación, y tú te involucras cada vez más, dando cada vez más energía al péndulo. Consecuentemente, se ha iniciado una transición inducida, llevándote a una línea de vida cercana, por su frecuencia, a las oscilaciones del péndulo. Como resultado, el suceso negativo es incluido en la capa de la vida de esta persona.


MÁS ADELANTE EL AUTOR ESCRIBIÓ LO SIGUIENTE:

El objetivo es mantenerse lo más lejos posible del centro del embudo. Lo que significa, no permitir que ninguna información sobre catástrofes y desastres te llegue, no interesarse en ellas, no vivir a través de ellas emocionalmente, como si te hubieran sucedido a tí, no comentarlas. Básicamente, pasar de cualquier información respecto a desastres.
 

Fíjate la diferencia: no evitar la información, sólo no dejar que entre en ti.
 

Como hemos dicho en los capítulos anteriores, evitar cualquier encuentro con un péndulo es lo mismo que buscar encontrarse con él. Cuando estás en contra de algo, o realmente no lo quieres, o expresas aversión a ello, emites activamente energía en la frecuencia de lo que quieres evitar.
 


No dejar que algo entre en ti significa ignorarlo, no reaccionar a alguna información negativa sobre la cuestión. Sólo cambia tu atención hacía programas de televisión y libros inofensivos.


por Vadim Zeland 
reaccion humana y sus efectos


http://sincrodestino2012.ning.com

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