martes, 12 de abril de 2016

LA CULPA Y SUS EFECTOS EN EL CUERPO FÍSICO.


La culpa viene dada por un sistema de creencias, donde no se ha valorado la auténtica dignidad del ser, por el contrario, se le ha infra-valorado y confinado a cárceles espirituales, a destierros por el solo hecho de respirar y existir. 

El Karma y el pecado se han encargado de dictar sentencias sobre la soberanía del ser y la inocencia de la conciencia eterna. 

El drama fundamental ha sido quedarse en el efecto, sin analizar las causas. 

Por ejemplo: Cuando un hombre quebranta alguna ley o hace violencia, siempre se le ha marcado con la etiqueta del asesino o del ladrón, etc. Pero resulta sintomático que en el "fondo", los condenados a prisión, la mayoría, no se sienten  culpables. 

Esto es debido a que en el ser humano existe siempre una posibilidad de eternidad, una sustancia no separada, pero que no está contaminada con las obras del ego en el cuerpo físico.

EJEMPLOS Y TIPOS DE CULPAS:

Me siento culpable cuando me recrimino algo que siempre está en el pasado.

1-Por no haber dado la talla como el hijo ideal, en la familia, en la escuela, en la sociedad, etc.

2-Por no haber sido un padre o madre ejemplar, ni haber cumplido con las expectativas de éxito, en la vida profesional, en el trabajo, etc.

3-Por tener y llevar una vida feliz, tener salud y todo aquello que los demás no tienen. Vienes materiales y afectivos, etc. 

4.Por no tener aquello que los demás tienen y yo debería tener, salud, belleza física, estoy gordo y me recrimino el no haber capaz del triunfo, mientras los demás si. 

5-Por haber tenido una orientación sexual diferente al resto. Me siento raro y sufro por mis preferencias e inclinaciones hacia el mismo sexo. 


SIETE SEÑALES DE QUE ESTÁS VIVIENDO DESDE LA CULPA

1-No te sientes merecedor de nada, ni de bienes, ni de felicidad, ni de relaciones afectivas estables, no crees que puedan amarte de manera incondicional. 

2-Lo juzgas todo con tu medida de bueno o malo. Estás en dualidad porque tienes un sentido de justicia muy elemental y primario.

3-Quieres que los demás cumplan siempre con la ley o las leyes, del tipo que sean, por eso te irritas cuando no es así.

4-Crees que los demás son culpables de tus fracasos e infortunios.

5-No te perdonas, ni perdonas a los demás, porque estás en la creencia de que el karma o el pecado son estados de desgracias  muy difíciles de superar.

6-No esperas nada de tí, ni de los demás, porque mereces ser castigad@, te entregas a pensamientos y actos de auto-castigos y destrucción.

7-Te recriminas y flagelas constantemente, no ves la luz dentro de ti, ni en los demás.




CAUSAS Y EFECTOS EN EL CUERPO FÍSICO DEL
SENTIMIENTO DE CULPA PROLONGADO.

En el Hígado: 

El sentimiento de culpa prolongado puede enfermar al alma y se contraen numerosas anomalías en el cuerpo físico. Sobre todo enfermedades relacionadas con las vísceras y en los órganos vitales.

Por ejemplo, si analizamos los problemas del hígado, estos se manifiestan cuando la persona hace demasiado, se preocupa por todo lo que sucede a su alrededor en lugar de digerirlo bien, es decir, adaptarse a los acontecimientos. 

Tiene miedo de las consecuencias, sobre todo de fallar en algo. Esta dificultad de adaptación a una situación nueva le hace sentir mucho enojo y descontento.

Estos problemas también indican una actitud depresiva, aun cuando sea inconsciente. En metafísica, el hígado es el lugar del enojo reprimido. 

La persona afectada por los problemas hepáticos suele ser del tipo que no se ofende porque se siente indefensa, incompetente ante las ofensas. 

Se muestra en desacuerdo con los que se ofenden, sobre todo con aquellos que pierden el control, porque ella se esfuerza mucho para no demostrar nada. Siente amargura y tristeza. Cuando lleva ya mucho tiempo reprimiéndose, en lugar de sufrir un ataque de enojo y desahogarse, sufre una crisis hepática.

Debido a que el hígado tiene una función vital en la coordinación de las diferentes funciones del cuerpo humano, un problema en este órgano indica que te estás olvidando de coordinar bien lo que sucede en tu vida. 

En lugar de adaptarte a los acontecimientos y a las personas, los juzgas, quieres cambiarlos y te bloqueas internamente al poner demasiada atención a lo que ocurre en tu mente. Cada enojo interno es una indicación de que te olvidas de ponerte en el lugar del otro y de que quieres tener razón. Por lo tanto, te sientes ofendido con facilidad.

Tu hígado te indica que debes dedicar tiempo a acomodar dentro de ti lo que pasa a tu alrededor antes de sacar conclusiones con demasiada rapidez. También te dice que tienes todo lo necesario para defenderte.

Frecuentemente se tratará de una situación que pone en causa a otro miembro de la familia y cuyo reto consiste en adquirir más poder o dinero (por ejemplo en el caso de una herencia). Si vivo una situación que me cuesta mucho tragar y que me parece innoble, podré ir hasta desarrollar un cáncer del páncreas.

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En el Páncreas: 

En el caso de las personas que padecen de diabetes o anomalías en el páncreas, este representa la capacidad para expresar e integrar el amor dentro de mí y mi capacidad para transigir con los sentimientos opuestos (ejemplo: la ira) sin crear dolor.

 El páncreas está relacionado con la alegría de vivir y con el centro de energía (chakra) del plexo solar que está situado en la base del esternón, a algunos centímetros encima del ombligo. 

Debo tomar consciencia de mis necesidades y poner las cosas en marcha para ir a buscar lo que quiero.

 No necesito buscar estimulantes artificiales para “nutrirme” (drogas, alimento, sexualidad, etc.), sólo he de aprender a amarme como soy. Necesito brindarme algunos dulces.


Debes saber que todo sentimiento de culpa lleva implícito un sentimiento de victimismo, el Ser se esconde tras la apariencia de su ego y es incapaz de pedir ayuda, le gusta ese estado donde se siente justificado. 

Se regodea y justifica en su mediocridad e inercia, no quiere ir más allá de esa "zona de victima", es un rincón que ha escogido para sufrir y lamentarse de sus fracasos y penas.  

Para terminar con esta reflexión, quiero dejar claro que no me estoy refiriendo a que un violador o asesino deba mostrarse indolente ante su crimen evidente y mucho menos abogo a que ese sujeto se niegue a confesarse culpable... 

No me refiero a eso, sino a ese otro sentimiento de culpa insano, escrupuloso y prolongado que ha sido asumido como una actitud ante la vida.  Ese sentimiento repito, si no se corrige a tiempo, puede ocasionar estragos a la larga. 


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