lunes, 10 de octubre de 2016

Sentires... El Tiempo Terrenal y el Tiempo Espiritual. Por Ashamel Lemagsa.


Amados…

Hace un par de años tomé consciencia que el tiempo terrenal, es lineal, es finito, en contraposición al tiempo espiritual que es eterno, infinito, excelso…

Incrédulamente creemos que ambos tiempo son iguales, paralelos, casi idénticos.

Que en la Tercera Dimensión ambos tiempos, el físico y el espiritual se unifican en el Salto Cuántico del Despertar de Consciencia y el envejecimiento se detiene, para dejar paso a la casi eterna juventud.

Sumado a estos nuevos conceptos, nos llegan mensajes, canalizaciones y pronósticos donde afirman que el carbono de nuestros cuerpos se reemplaza por sílice y en este proceso de Ascensión de GAIA y la Humanidad, la eterna juventud es ya una realidad.

Pero la realidad que vivimos y palpitamos, cuenta otra historia algo distinta de los deseos y los pronósticos, por lo menos es lo que yo siento en este ahora.

Los años pasan y dejan surcos, pero también abren puertas de Luz para que la sabiduría ancestral fluya en libertad, entonces, lo que se hace más pausado, se siente más placentero y en profunda paz interior.

Creo en la auto sanación, que los pensamientos positivos crean una realidad positiva, que las emociones equilibradas crean un ambiente de cordialidad en nuestro interior y aunque los años pasan, el Alma es eternamente joven y si nos conectamos desde el corazón a nuestro Ser Superior, nuestros sentires son plenamente vitales, alegres y pacíficos

Creo que la salud integral se logra desde la Paz interior, nacida de un corazón libre, amoroso, compasivo, flexible y sabio, pero estas condiciones se logran con un arduo trabajo interior de sanación, perdón y liberación de aquellas cargas ancestrales y presentes.

Creo que las energías entrantes actuales, nos conducen a otro tipo de bienestar espiritual,  un poco más libres de los antiguos condicionamientos sociales y culturales, donde el “hacer” tapaba al Ser.

Ser conscientes de nuestras “deudas” y “pagarlas” en paz, humildad y armonía interior es un bello desafío de estos tiempos del despertar de consciencia individual y colectivo.

El tiempo físico no es eterno, el “tiempo” espiritual si lo es, entonces, ser plenamente conscientes de esta realidad propia de la tercera dimensión, no es sencillo siendo joven y en ciertas ocasiones hasta los adultos no logran aceptarlo, actuando como eterno adolescentes.

De mi parte ya hace tiempo que comprendí, esta diferencia y me felicito a mi misma de haberlo aceptado con paz y alegría.

Agradezco que ambos tiempos no sean idénticos y paralelos, que uno de ellos se detenga… para dejar en plena libertad al otro, el más valioso y eterno, que es el espiritual, el que lleva las valijas de los resultados de nuestros aprendizajes del tiempo físico.

Amados, siento tanta paz, al comprender que mi vida terrena es “finita” y el hilo que la sostiene se cortará en algún instante y será en paz.
Sin nostalgia, preocupación, lo estoy sintiendo desde mi Alma, con mucha calma y agradecimiento.

Mi hijo tiene, en este momento, veintiún años, cuando recuerdo desde su nacimiento hasta hoy, lo rápido que pasaron los años,  siento que así de rápido pasarán los próximos veinte años y quizás algunos años más, pero seguirá fluyendo mi tiempo espiritual… quién sabe dónde, en que Planeta, constelación o parte del Universo…

Me siento muy feliz y en armonía conmigo misma, sabiendo que cada instante lo viví como pude, como mejor sabía y de la mejor manera.

El 12 de octubre, de este año 2016, cumpliré  60 años y es la mejor edad de todas las que he vivido, hasta ahora y seguramente habrá algunas décadas más para festejar!

Construyo mi realidad desde mi Ser interior, desplegando la sabiduría que fui sembrado en mi corazón desde temprana edad y hoy puedo disfrutarla.

Observo como otros, corren, tras las “urgencias” terrenales, cómo yo corrí en su momento, pero siento la certeza que la libertad del ser humano Espiritual por sobre el Terreno está ahí, muy cerca de florecer a nivel Planetario.

Disfruto del Sol, el cielo, la lluvia, el amanecer, el desayuno, el estar escribiendo este nuevo mensaje para ustedes los lectores de ahora y también aquellos de siempre.

Fluir con la vida…

Cuantas veces lo decimos y muy pocas veces fuimos conscientes de ello, cuando el alquiler se vencía, el contrato caducaba, la luz  y el gas había que pagarlos antes del vencimiento, el hijo reclamaba más atención, el trabajo era mucho y las fuerzas escasas, pero siempre la vida fluía y nosotros con ella, aunque no fuéramos conscientes de ello.

En este Tiempo terrenal que se conectaba al espiritual, sin ser consciente de ello, recibí ayuda que llegaba causalmente, a través de  personas  que me extendieron la mano, me alentaron, me sostuvieron, me amaron y aún lo siguen haciendo… Gracias a todos ellos, infinitas gracias.

También agradezco a todos aquellos que se dedicaron a poner rocas en mi sendero, pues me enseñaron que soy más fuerte de lo que yo creía serlo, hoy llego más fuerte y feliz, a pesar de ellos y las “rocas”.

Así como las rosas blancas del jardín de mis padres, fueron las responsables de anunciar mi nacimiento,  entre pétalos suaves y perfumados como el amor que recibí, también con espinas que marcaban los aprendizajes para adquirir…

Hoy comprendo que todo fue perfecto y justo, pues así como las gotas de rocío se evaporan cuando el Sol las enfrenta, mis lágrimas se disolvieron en el perdón, el amor infinito hacia todo y todos.

En estos últimos meses, sané muchas heridas, solté muchas situaciones con las personas que ellas incluían.

Asumí el valor del trabajo interior arduo y a veces agotador, pero que vale la pena hacerlo, pues somos nosotros los únicos responsables de ser realmente felices desde nuestra total libertad interior, que se logra soltando, perdonando, amando ilimitadamente y respetándonos a nosotros mismos siempre!!!!

Cuando construimos nuestra “realidad” desde la mentira, el engaño, la confusión, la avaricia, la pereza espiritual, los más afectados somos nosotros mismos, pero como no somos conscientes del daño que nos auto infringimos, seguimos en la mentira, hasta que un día nos hundimos en ella, pero desde las sombrías profundidades… Siempre emergemos, para renacer en la verdad, que somos “finitos” y la verdad que siempre flota, sale en busca de la Luz eterna del Tiempo Espiritual.

Entonces, es en ese instante cuando el Ser Humano comprende que…

Las cirugías estéticas no quitan años, se los tiene igual, pero un poco “estirados”.

Que los proyectos no se copian, ni se roban, se crean utilizando nuestra creatividad innata.

Que la infidelidad es cobardía disfrazada y justificada por incomprensión de otro, falta de amor, revancha, sin darnos cuenta que los mayores perjudicados somos nosotros, por la falta de sinceridad y respeto hacia lo que realmente sentimos desde el corazón…

Que la mentira por más organizada y perfecta que quiera ser, siempre comete algún error para que la verdad aparezca en toda su plenitud y marque las diferencias.

Que la soberbia, el orgullo, la vanidad son los ropajes que esconden a todos aquellos que no son capaces de Ser desde sus imperfecciones tan humanas, pues sienten miedo de mostrar las heridas aún, sin sanar.

Que los celos, el control, la envidia y la competencia son propios de aquellos inseguros de sí mismo.

Finalmente…

Cada quien hace su propio “juego” según lo que cree que “es” y lo que tiene en su haber, por ello, no debemos juzgar a nadie…

Busquemos comprender y soltar en paz todo aquello que ya no es sano para nuestras vidas.

Recordemos que no se puede ayudar a quien no es consciente que necesita ayuda, por ello, nada hace para modificarse, simplemente necesita más tiempo, más experiencias y quizás algún obstáculo más, para sortear.

A nadie podemos transferir nuestros aprendizajes, para que no cometan errores similares a los nuestros, pero sí podemos esperar que los errores sean salvados mejor que cuando nosotros los cometimos en su momento.

Entonces…

Alentemos a los demás para que despierten desde su interior la Llama de Dios, que nos guía hacia la mejor solución, confiar en Dios, presente en nuestros corazones…

Después…

Que el tiempo Terreno fluya en libertad, sin preocuparnos en qué momento dará su freno final, pues el Tiempo espiritual en eterno, en él seguiremos construyendo otra nueva historia de aventuras, amor ilimitado, sabia paz interior.

Feliz viaje!!!

Los amo!!!


Con Amor,  Ashamel Lemagsa.



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