martes, 14 de febrero de 2017

Metafísica: CLASE II-18 - LA RELIGIÓN Y LA LUCHA DEL HOMBRE POR ALCANZAR A DIOS. Por Alexiis.


Podemos ver que en las primeras culturas primitivas existió el chamán, el sacerdote, el doctor brujo. Fuera lo que fuera, era el foco de la conciencia tribal del pueblo, quien reconocía y admitía la falta de permanencia en la vida física y trataba de encontrar algún contacto con el Universo Macrocósmico (en contraposición al Universo Microcósmico que vemos a nuestro alrededor, ya que nosotros sólo vemos una pequeña parte del mundo).

Este fue el comienzo de una religión que quiso satisfacer las necesidades de la gente, tanto en relación con el control del ambiente inmediato, como para el aseguramiento de la autopreservación más allá del lapso de vida mortal.
Vivimos en un mundo muy rígido, me refiero a nuestro mundo personal. Es un mundo que gira alrededor de la alfombra de nuestra sala y de la mesa de la cocina y, de vez en cuando, un pequeño viaje aquí y allá. Y decimos que sabemos del mundo.

En las enciclopedias podemos captar un pequeño conocimiento de cómo es el mundo. Aprendemos algo sobre el mundo psicológico del hombre, el mundo astral y el reino del subconsciente, y aquí es donde el hombre siente extrañas y horribles torturas, y se torna emocionalmente fuera de control, "descuajeringado", como suele decirse.

Vosotros y yo sabemos que la gente no está realmente satisfecha con lo que nuestros sacerdotes modernos, ministros de la iglesia, rabinos y psicoanalistas le cuentan sobre el mundo. La gente nota que existe un eslabón perdido. Sabemos (y lo hemos sabido desde la infancia) que no se nos está diciendo la Verdad, lo que sabemos que es verdad en nuestro interior.

Y así, debemos comenzar por comprender algo sobre nosotros mismos y el ser que está conectado con las primeras luchas del hombre en su intento de encontrar a Dios.
Podemos hacer un diagrama de todas las religiones que se han practicado en la Tierra, y cuando lo hayáis examinado, sabréis que no habrá personas pertenecientes a cualquiera de ellas en el cielo, porque sólo habrá gente universal que habrá olvidado todo lo relacionado con lo que ellos fueron o a qué pertenecían, que habrán reconocido que pertenecen a Dios primero y olvidado el resto. Veis, tenéis que dejar el equipaje de la religión tras de vosotros si queréis alcanzar la cumbre y la acumulación del Amor.

Jesús nos dijo una vez: "Muchos se quedarían atónitos si supieran que yo personalmente contesto las plegarias de los musulmanes, los judíos, los hindúes, los budistas y de todos aquellos que simplemente suplican sin conocerse en persona. Amados míos: existe una pulcritud, un engreimiento y un orgullo espiritual entre aquellos que piensan que (en su doctrina) ellos tienen las llaves del reino y, sin embargo, han traicionado la Luz y los Misterios de mi Cuerpo…"
¿No veis? Pablo dijo: "Y sobre todas estas cosas (por ejemplo, las religiones) vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección".

Así pues, aquí estamos buscando a nuestro Creador y todas esa religiones están ante nosotros. Y se supone que todas son caminos hacia Dios. Todos conocéis a esas señales que marcan el camino desde Bélgica a París. Cada una señala una dirección hacia París. Una apunta en esta dirección, otra en esa otra, y aún una tercera lo hace en aquella otra. Y algunas veces creo que una incluso apunta hacia arriba.
De pronto uno comienza a apoderarse de la idea de que se puede llegar a París casi por cualquier camino que uno quiera.

Y estoy de acuerdo, salvo que algunos de esos caminos son más largos o dan más vueltas que otros. ¿Veis lo que quiero decir? Esos caminos circundan el pajar de Robin Hood. Y yo creo que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta, no una línea tortuosa o una circunferencia o un zigzag.
Por lo tanto, tenemos que comprender lo que significan las enseñanzas de los Maestros Ascendidos. Bien, lo primero que ellos enseñan es que vosotros tenéis libre albedrío; y lo siguiente que os dicen es que, dentro de las fronteras que Dios ha dispuesto en el hábitat del hombre, podéis tener lo que queráis en esta vida o en la próxima.

A continuación os dirán que puede que después de muchas vidas de esfuerzo y retrasos sin sentido (siempre en camino para ver al Maestro de París, pero sin conseguir llegar allí) os encontraréis yendo pro el mismo camino que van hoy día los Maestros Ascendidos. Vais a ir por el mismo camino porque, al final de vuestra ruta circunvalación, volveréis a la línea recta.

Pero esto ocurre normalmente en la próxima reencarnación (no en ésta) porque la mayoría de la gente nace dentro de una religión y dentro de ella muere. ¡Y normalmente también son enterrados en ella! ¿Sabéis los de las bancas de la iglesia? Algunas iglesias alquilan las bancas a sus feligreses y, en ocasiones, incluso alquilan las sepulturas. ¡Sí! Podéis alquilar vuestro banco en la iglesia para la familia y vuestra sepultura familiar. Y sospecho que uno de estos días todo esto se hará por computadora. Apretaréis unos cuantos botones y tendréis todo arreglado desde la cuna hasta la tumba, ¡todo menos vuestra alma!

La mayor parte de las veces, en este mundo competitivo, el alma es ignorada. Y ésta es la parte más importante de nosotros. Nos cuidamos los dientes, usamos cepillos de dientes de agua e hilo dental y nos vemos bien con todas esas cosas. Y hay gente que se pone pestañas postizas y pelucas y todo lo que se pueda uno imaginar.
Todo está bien; no daña el alma en absoluto. Pero el problema es que tampoco la ayuda.

Si sólo prestáramos la misma atención a esa alma en nuestro interior, quizás podríamos proceder en línea directa. Si supiéramos dónde quiere ir el yo real, y cómo llegar hasta allí, por supuesto, tomaríamos el camino mas corto, ¿sí o no?
Bien, ahora pensad en ello por un momento. La cuestión es: dada la Verdad y casi ilimitada oportunidad dentro de nuestra esfera, ¿optamos por lo más elevado y mejor que la Vida pueda darnos?

Mientras nos afanamos tomando decisiones a corto y largo plazo sobre la vida, el Creador nos ha dado el estrado de su reino como una plataforma para nuestra evolución.
Y así, vivimos en un mundo maravilloso realmente. No es un mundo feo, aunque en algunas zonas el hombre ha hecho que parezca así. La naturaleza nos ha donado y enriquecido con hermosa, suave, dorada luz del sol. Probablemente, Colorado tiene la mejor luz de sol en todo el país. Pero cualquiera que viva en cualquier parte en este país, hasta en Boston, tiene algunos días de rica luz de sol y belleza para caminar en el aire fresco. Y, naturalmente, aunque algunos de ellos no tienen aire tan fresco como en Colorado, aún así, cada vez que salís afuera, donde podéis respirar ese aire fresco e inhalarlo, os beneficia y os hace sentir mejor.

Pero también vivimos en un mundo de sedativos, donde todos los chascarrillos, los clichés y las comodidades tienden a adormecer nuestra conciencia y nos hacen sentir que estamos seguros y que no existe la incertidumbre. No obstante, existe otro lado de nosotros que nos dice que la incertidumbre en sí misma es una inseguridad. Y no estamos completamente seguros.

Y así, un hombre dijo una vez que él se había afiliado a dieciocho iglesias diferentes. Alguien le preguntó porqué era miembro de tantas iglesias. Y él respondió: "Bueno, por si acaso". En caso de que alguna no funcionara, él quería esta en la que diera buenos resultados.

La cuestión de la Reencarnación

Nuestra religión es simplemente nuestra creencia en la inmortalidad de la Vida. Mientras que las flores se marchitan en otoño y las hojas de los árboles caen en su estación, y la hierba en un clima cálido se quema y se seca, y nueva hierba nace otra vez en la primavera, podemos observar un eterno proceso de renovación que apunta hacia el hecho de que podemos haber estado rondando por aquí más tiempo del que creemos.

Algunos dicen: "Bien, ¿cree usted en la reencarnación?"
¡Por supuesto que sí!

Pero continúan: "¿Cuál es el valor de la reencarnación? No puedo recordar quien fui hace diez mil años. Y como no puedo recordar, no creo realmente que haya sucedido".
Bien, ha habido experiencias en todo el mundo que deberían convencernos de nuestra existencia en épocas pasadas. Una historia muy interesante es la de Shanti Devi; es un hecho muy conocido porque fue verificado por una serie de investigadores.

Shanti Devi era una niña pequeña que a los tres años de edad comenzó a hablar de su marido e hijos de una vida anterior. Finalmente, dijo a su nueva familia el nombre de su marido, dónde vivía, describió la casa y dijo que ella había muerto después de dar a luz a su segundo hijo.

Un pariente de su marido fue enviado a investigar, y Shanti lo reconoció cuando llegó, le echó los brazos al cuello y comenzó a contarle su vida anterior tal como él la había presenciado. A continuación vinieron su marido y su hijo para verla, sin anunciarse previamente, y ella los reconoció inmediatamente. Shanti condujo finalmente a la comitiva de investigadores a su anterior casa. Usaba formas de hablar propias de esa ciudad, a pesar de que la niña nunca había estado allí antes, e incluso dijo a los observadores dónde había enterrado algún dinero antes de su muerte.

Su profunda emoción en cada encuentro con seres queridos es un tributo emocionante a la fidelidad sin fin del alma hacia los suyos. Pero era muy difícil para Shanti soportar el sufrimiento de tener que vivir dos vidas a la vez. Así, para la mayoría de nosotros, la Gran Ley, en su misericordia, vela el pasado con el fin de que podamos vivir cada episodio de nuestra vida presente sin tener el agudo contraste de actuaciones pasadas.

Esta historia fue atestiguada en los anales de los psicólogos indios como un caso auténtico de la reencarnación. Fue ampliamente difundido y aceptado en toda la India, donde la reencarnación es aceptada casi universalmente.
En el siglo III de nuestra Era, Orígenes de Alejandría enseñó la reencarnación por medio de la lógica con su teoría de la preexistencia de las almas.

Él enseño que somos responsables de lo que hacemos; lo bueno que nos sucede es debido a que hemos hecho buenas acciones en el pasado y viceversa. La conclusión a la que él llegó fue la siguiente: "La posición de cada ser creado es el resultado de su propia obra y sus propias motivaciones".
Podemos ver, en los fragmentos que quedan de sus enseñanzas, principios que nos conducen a la conclusión de la existencia de la reencarnación y de la inevitable ley del karma. Él dijo que si creéis que Dios es justo, entonces cada persona, "tanto del cielo como de la tierra, o de debajo de la tierra, puede decirse que posee en su interior las causas de la diversidad antes de su nacimiento en el cuerpo".

Orígenes afirmó que esta preexistencia del Alma era la explicación de la desigualdad en las circunstancias.
"De este modo es posible", dijo, "que nosotros comprendamos que, incluso antes de la vida presente, existieron vasijas racionales (almas) totalmente purgadas, y otras sólo parcialmente, y que, a partir de esta circunstancia, cada vasija recibía de acuerdo con la medida de su pureza o impureza, su lugar, región o condición donde nacer par cumplir alguna misión en este mundo". Todo esto, hasta el nivel más bajo, está supervisado por Dios, por medio del poder de su sabiduría y esclarecido por la mano controladora de su juicio; y así Él ha organizado el universo sobre el principio de una retribución absolutamente imparcial; que, de acuerdo con lo que cada uno merece por sus méritos, se le ayude o se le cuide.

"Aquí está demostrado en su totalidad el principio de la imparcialidad, en donde la desigualdad de las circunstancias garantiza una igualdad de recompensa por mérito".
Este principio de la Ley de la Retribución, o Ley del Karma, fue el pivote de la prueba de Orígenes sobre la imparcialidad de Dios, a la vista de las injusticias del hombre.
Pero el elegido de Cristo no dedujo esto que debiéramos estar todo el tiempo mirando despreciativamente a la gente que es más pobre que nosotros. Él dijo que "las bases para el mérito en todo individuo son conocidas con verdad y con claridad solamente por Dios".

Vosotros podéis estar muy por delante de aquellos que son más ricos que vosotros. Después de todo, la riqueza es una carga también. Por lo tanto, la reencarnación es el medio por el cual tenemos la oportunidad de recobrar nuestro punto de origen: unidad con Dios. Él enseñó que era esta unidad la que habíamos perdido hacia largo tiempo, la que encontraríamos en el futuro, si la buscábamos diligentemente.
La reencarnación no es solamente un postulado filosófico o el resultado de un ejercicio de lógica. Existen toda clase de ejemplos además del de Shanti Devi.

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METAFÍSICA DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS

(Insertamos aquí solo dos: el quinto y el sexto)

Entre las Leyes llamadas "de Dios", hay una que se llama la Ley de Correspondencia. No tiene nada que ver con las cartas ni con el correo. Correspondencia significa, en este caso, lo que "corresponde" a otra cosa, o sea, "igual a…." como también "lo que es lo mismo…"

Esta Ley ordena que las condiciones de cada plano, o cada estado de conciencia, se encuentran repartidas en todos los planos, en todas partes. Por ejemplo, siempre estamos deseando saber cómo son las características de "el más allá", vamos a decir. Ese "más allá" siempre se refiere al plano superior de la Tierra, o al plano inferior de la Tierra.

El lema de esta Ley es "COMO ES ARRIBA, ES ABAJO Y COMO ES ABAJO ES ARRIBA". Es decir, que así como en la Tierra tenemos gobiernos, escuelas, maestros, problemas y la forma de solucionarlo, hay manos, pies, oídos, ojos, hay sonidos, tiempo, espacio, hay flores y frutas… en fin ya sabes lo que se quiere decir. En cada plano. En TODOS los planos hay lo que corresponde a todo eso, a pesar de que esos otros planos sean invisibles para nuestros ojos terrenos. La única diferencia consiste en que a medida que se asciende de plano, las mismas condiciones se hacen menos densas, más amplias, digamos que más puras, más bonitas, más interesantes… pero más complicadas porque en cada plano superior hay una dimensión más qué en el anterior. Esto no significa que no será difícil vivir en el plano nuevo después que abandonamos el plano viejo. No. Por la sencilla razón que no es más difícil para un niño caminar sólo después que aprendió que no le va a ocurrir nada malo cuando se suelte.

Vamos al grano. El Quinto Mandamiento en la Tierra dice: no matarás. Esto nos enseña que no debemos matar. NO SE DEBE. ES MALO. Pero ¿por qué es malo? En verdad nadie telo dice. Simplemente no debes matar.
Vamos al plano Más Allá. Allí hay la misma Ley, sólo que ella dice: No Matarás Por Más que lo Intentes. No solamente no lo lograrás, sino que como el instrumento no encuentra nada que matar, se devuelve al lugar de donde salió. Lo lanzaste tú. Te hiere o te golpea a ti. Esto no te gusta ni te conviene. No volverás a intentarlo. ¡Aprendiste a no matar!

Ahora, por el momento vamos a estudiar el Sexto Mandamiento: No robarás. Este sigue el mismo Principio. En la Tierra se nos enseña que no se debe robar. Es malo. Tampoco se aclara lo suficiente el asunto. ¿Y en el plano Más Allá? El Mandamiento dice: No puedes Robar lo que NO Te Pertenece. No lo intentes siquiera, no lo podrás. Puedes procurarte un objeto igual, pero nunca el mismo. Éste no se quedará contigo y regresará a su legítimo dueño.

En la Tierra estos Mandamientos parecían prohibiciones. En el próximo plano se te revelan como condiciones. Leyes. Principios. No se pueden quebrantar. ¡Qué felicidad! Nadie te puede matar ni robar. Tú no puedes matar a nada ni nadie, no puedes apropiarte de lo ajeno, ni nadie se puede apropiar de lo tuyo. Pero esa no es la única felicidad. Fíjate bien.

Cuando ya en la Tierra tú eres incapaz de matar ni robar, estás preparado para aprender las condiciones del otro plano, que se llama "de conciencia". Es decir, que cuando se aprende la primera lección, se pasa a aprender la segunda, ¿no es así? Bien. Pero la gran felicidad es que cuando tú aprendes la segunda, no es necesario que te hayas muerto y que estés en el otro plano Más Allá. No. Estás vivito y coleando aquí en la Tierra. Aplicas la segunda lección, y te asombra ver que esa Ley te funciona lo mismo aquí en la Tierra que "en el cielo". Es decir, que cuando tú sabes que la verdad es que nadie puede matar y que nadie puede robar. NADIE TE MATARÁ NI TE PUEDE ROBAR. Nadie puede llevarse tu carro de tu puerta aunque le dejes la "llave" puesta.
Nadie te puede arrancar la bolsa del brazo, ni meterse de noche en tu casa, ni cobrarte más de la cuenta. Nada, nada, nada que no sea honesto te puede suceder. Lo que es tuyO… TUYO ES Y DE NADIE MÁS.

Vamos a explicarte por qué en breves párrafos. ¿Por qué no se puede matar? porque la Vida es eso precisamente, VIDA. No es Muerte. La Vida no puede morir. Sería un contrasentido. Vida es eternamente vida y jamás puede ser muerte. Entonces, dirás tú, ¿qué pasa conmigo? ¿No muero jamás puesto que yo estoy vivo? Exactamente. Tú estás en la Eternidad. Nadie te puede quitar tu Vida. Tu Vida es Dios. ¿Quién le quita Su vida a Dios? Por eso tampoco puedes matar a nadie, Él sigue viviendo más vivo que nunca en el próximo plano, lo mismo que tú. Pero tú ahora sabes que lo que haces en la Tierra también se te devuelve. ¿Por qué? Por Ley de Correspondencia. Porque todo lo de un plano tiene su correspondencia en los otros. En todos los otros. Esta Ley dice: "NO HAGAS A OTROS LO QUE QUIERES QUE OTROS TE HAGAN A TI". Ya sabes la razón. Si aún no has aprendido a obedecer esta Ley, empieza a observar cómo se te devuelve todo lo que le hagas a los demás, en mal o en bien.

Ahora, ¿por qué no se puede robar? ¿Qué es lo que hace funcionar esta Ley? Primero sabrás que has llegado a un impasse, si es que todavía no has resuelto aceptar la Ley de la Reencarnación.
Si no te gusta la idea, no reencarnes, pero tampoco adelantarás. Te quedarás estancado, por la misma razón que el que no quiere aceptar que el Sol va a salir mañana, va a tener que meterse en un closet todas las mañanas y permanecer allí encerrado durante todas las horas del sol, todos los días.

La Ley de la Evolución es una eterna experimentación y superación, como ya comentamos más arriba en el niño que aprende a caminar, y que no tiene por qué temer, ya que él sólo aprende a soltarse. Tú sabes eso; que todo viene cambiando de una cosa en otra, como el nene que se vuelve niño; como el niño que se vuelve "pavito"; como el pavito que se vuelve adulto, luego viejo y después deja aquí el cascarón viejo y se va a buscar uno nuevo en el más allá.

Cuando un ser "se muere", se encuentra en medio de una serie de circunstancias nuevas en el Más Allá, pero no ha perdido nada de lo que tiene de valor, como el oído, la vista, el sentimiento, la voluntad, el Libre Albedrío, la facultad de moverse, de comunicarse con los demás, su identidad, su YO. Por el contrario, como hay allí una dimensión más, se ve más, se oye más, se siente más, se comprende más, se abarca más, etc. En otras palabras, nada de lo adquirido se puede perder. Sólo se adapta a las nuevas condiciones del plano. Esto hace que en cada plano se van adquiriendo nuevas y mayores habilidades y conocimientos. En cada vida encarnada se ganan nuevas experiencias y se aprende a usar nuevos objetos e instrumentos, que aunque materiales aquí en la Tierra, tienen su correspondencia en los otros planos invisibles. Pues, ¿qué clase de ventaja sería la de llegar a ser un acabado músico en el mundo y no poder exteriorizarlo en el próximo plano?

Y has llegado a la gran explicación. Lo que adquieres ya lo sabes, los instrumentos que tuviste que emplear, aprender a usar, como cubiertos, una cama, un fósforo, etc. (en cada plano tienen sus correspondencias, no lo olvides) y éstos, por ser tuyos ya ("por derecho de conciencia", decimos en metafísica), aparecen automáticamente en tu vida o tus vidas, una después de la otra, porque no puedes nacer en una familia que no tiene los medios de proporcionarte lo que te pertenece por derecho de conciencia. Muchas veces ocurre que un niño viene al mundo en familia careciente de lo que él posee por derecho y resulta que pronto la familia adquiere aquello como una gran casualidad.

Por esto es que no te pueden robar lo tuyo, ni tú puedes apoderarte de lo que no has ganado o superado en otra vida anterior. Por eso la gran felicidad es que, al conocer esta Ley y estas condiciones, la Ley funciona en este plano terreno y en todos los planos. Por consiguiente, ya puedes estar tranquilo de que nadie te puede ocasionar pérdidas, ni quitarte nada, ni siquiera tu marido o tu esposa (si no se lo has hecho a otro), ¿qué puedes temer? Y si ya lo aprendiste en esta vida, es que lo tienes por derecho de conciencia. De manera que la forma de vivir es aprender la metafísica de los DIEZ MANDAMIENTOS.

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sábado, 31 de octubre de 2009

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