jueves, 21 de septiembre de 2017

EL SISTEMA O TU VIDA: ¿QUÉ ELIGES CON CONCIENCIA? Por Laura Foletto


Durante el paso del huracán Irma, se entrevistó a unos cuantos argentinos que viven en Miami (de buen poder adquisitivo).  Una frase que escuché varias veces fue “aquí el sistema funciona”, en el sentido de que todo el proceso había sido ordenado y eficiente y, además, como contrapartida al habitual caos argentino (latinoamericano, diría). 

Me molestó la frase y me quedé pensando porqué.  No era la primera vez que la escuchaba porque es común en conocidos que viajan a Estados Unidos (y también Europa).  Nosotros venimos a ser los bárbaros, los incultos, los anárquicos, los del Tercer Mundo en el peor significado.  “Ellos” son los iluminados, los civilizados, los organizados, los ricos, los instruidos, los mejores… 

Este complejo de inferioridad que tenemos los latinoamericanos (lo he visto en unos cuantos países) se compensa con un complejo de superioridad que hace que nos vanagloriemos de lo peor (la viveza criolla, la corrupción, el aprovechamiento, el cargarle todo al Estado, las rupturas institucionales, etc.).  No parece así pero, cuando nos reímos de esas cosas y las tomamos como rasgos nacionales, subrepticiamente las usamos como un orgullo mal encarado.  Esto hace que no las arreglemos y que sigamos alimentando facetas que nos perjudican.

Volviendo al tema, ¿de qué “sistema” se trata?  ¿De uno que maneja tu vida de una manera tan total y metódica que ni te das cuenta, ya que te hace creer que eres libre: libre de endeudarte de por vida por comprar toda la basura que te vende constantemente como algo necesario, vital, imprescindible?  ¿De uno que es tan organizado que no deja espacio para nada que esté fuera de él, porque fagocita lo nuevo, diferente y disruptivo en el mismo instante en que nace y lo regurgita como algo inofensivo, accesible y cómodo?  ¿De uno que ofrece un modelo (capitalista y materialista) como el mejor de la historia y el único que puede arreglar todos los males, cuando es el que también ha provocado que, en la época de mayor bienestar y prosperidad que jamás ha habido, un 1% de la población tenga más que el 99% restante?



Viviendo en países que poseen grandes arbitrariedades (pero no tan enormes como otros continentes) y que adoran todo lo estadounidense, este pensamiento parece una herejía, propio de comunistas o agitadores, pero es la realidad, solo que no nos ponemos a reflexionar acerca de ello: queremos lo mismo, queremos el glitter, lo brillante, limpio y perfumado, lo lujoso y caro, las formidables casas con parque, las cantidades industriales de cosas que solo importan en el momento de la compra y después se tiran o se olvidan… como si todos ellos vivieran de esa forma, como si no existiera la injusticia, la marginalidad, los homeless, el racismo, el conservadurismo radical, la violencia, etc.

Obviamente, siempre existirá un sistema.  El problema es cuando no nos damos cuenta y, en lugar de pensar “esto es un sistema y estoy en desacuerdo con esto y esto”, pensamos “así es la vida”.  La vida puede ser de muchas formas; este es solamente el sistema imperante.  Únicamente la conciencia puede ser tan independiente y crítica como para elegir lo que sirve a cada uno, lo que está en consonancia, lo que es verdadero y esencial y lo que es utilización y mentira.


En algún punto de las polaridades, hay un equilibrio, hay una vida con sentido y propósito, con prosperidad y oportunidades para todos, con creatividad y amor, con respeto por la diversidad.  Hay algo entre el capitalismo furioso y el caos cíclico.  No tengo soluciones sociales y esto es solamente una reflexión que pretende que otros la profundicen y expandan.  Propongo salidas individuales, concretas y prácticas, con conciencia y trabajo interior y exterior.  Creo que entre todos podemos encontrar (e incorporar y vivenciar) soluciones que nos incluyan, sin fanatismos ni manipulaciones, sin victimizaciones ni mesianismos.  Aquí estoy para acompañarte.

  www.abrazarlavida.com.ar

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