viernes, 15 de diciembre de 2017

Tipos de ondas cerebrales: Alfa, Beta, Gamma, Delta y Theta


Hagamos una analogía y  pensemos en las ondas cerebrales como notas musicales: Donde las ondas de baja frecuencia son como un ritmo de batería profundamente penetrante, mientras que las ondas cerebrales de frecuencia alta, se parecen más a una flauta dulce con tono alto. Como en una bella sinfonía: las frecuencias altas y bajas se unen a través de la armonía.
Las ondas cerebrales se producen por pulsos eléctricos sincronizados de las neuronascomunicándose entre sí (sinapsis). La neuroanatomía, nos muestra que reflejan diferentes aspectos cuando ocurren en diferentes lugares del cerebro y cambian de acuerdo con lo que estamos haciendo, sintiendo o percibiendo. Cuando predominan las ondas cerebrales más lentas, podemos sentirnos cansados, lentos, perezosos o soñadores, en cambio, las frecuencias más altas son dominantes cuando nos sentimos conectados o en estado de alerta.


La velocidad de las ondas cerebrales se mide en hercios (ciclos por segundo). Son consideradas, como un espectro continuo de conciencia. Están divididas en anchos de banda para describir sus funciones:
Ondas Delta
Son más lentas pero más fuertes, con baja frecuencia y profundamente penetrantes (1 a 4 HZ), como los instrumentos de percusión. Surgen en la meditación profunda y en el descanso fisiológico sin sueños, suspenden la conciencia externa. Aquí, se estimula el restablecimiento de la salud, por eso, el sueño reparador profundo es tan esencial para los procesos de curación.
Ondas Theta
Ocurren en el sueño y son dominantes en la meditación profunda (4 a 8 HZ). Es nuestra puerta de acceso al aprendizaje, la memoria y la intuición. En este estado de penumbra, nuestros sentidos se retiran del mundo externo y se enfocan en las señales que se originan desde adentro. Es donde guardamos nuestros ‘secretos’, miedos profundos y  hasta pesadillas.
Ondas Alfa
Son de 8 a 12 HZ, nos ayudan a la coordinación mental, al aprendizaje, la calma y el estado de alerta. Se producen durante los pensamientos que fluyen en el silencio, así como en algunos estados meditativos. Alfa es “el poder del presente: el Aquí y Ahora en estado contemplativo”. Es un estado de reposo para el cerebro.
Es recomendable realizar, en éste nivel realizar: Ejercicios de meditación con visualización, los cuales son muy efectivos para el establecimiento de hábitos más saludables; se pueden implantar otras sugestiones que deseemos como afirmaciones positivas o programarnos para despertar ciertos días a la misma hora, ¡sin usar despertador!
Ondas Beta
Con actividad ‘rápida’: 12 a 38 HZ, ocurren cuando estamos alertas, atentos, comprometidos con la resolución de problemas, cuando hacemos juicios, influye en la toma de decisiones o la actividad mental enfocada. De manera que, dominan nuestro estado de vigilia, cuando la atención se dirige hacia las tareas cognitivas y al mundo exterior, pueden implicar un pensamiento altamente complejo, integra nuevas experiencias y puede contener alta emotividad o ansiedad.
Ondas Gamma
Son las más rápidas y de alta frecuencia, se relacionan con el procesamiento simultáneo de información en diferentes áreas del cerebro van de 38 a 42 HZ. El cerebro presenta mucha actividad, generando estados de ansiedad y pánico, pero también ocurren cuando se encuentra en estados de amor universal y  altruismo.
La meditación, el Yoga y otras técnicas ancestrales, entrenan a largo plazo a tus ondas cerebrales para que estén en equilibrio. Hay entrenamiento del cerebro de última generación, consiste en el ajuste de tus ondas cerebrales, sirven cuando tratamos de cambiar una programación en particular o ajustar la función de las ondas cerebrales, los métodos como: neurofeedbackpEMF (Terapia con campo electromagnético pulsado) y Barras de Access, entre otros, que brindan resultados específicos, rápidos y duraderos.
La importancia de dormir y de soñar, reside en: Las funciones del sueño fisiológicas.  El procesamiento continuo de alta frecuencia no es una forma muy eficiente de controlar el cerebro, ya que requiere una gran cantidad de energía. Los ritmos biológicos y el ciclo de sueño-vigilia,  se ven directamente afectados por nuestros hábitos. Es recomendable seguir algunos consejos para fomentar la higiene del sueño, establecer buenas pautas de alimentación, consumiendo alimentos ricos en Omega-3 y triptófano, pues éste es un  precursor de la vitamina B3 y de algunos neurotransmisores como la serotonina y la melatonina que nos ayudan a regular los ciclos del sueño. Por lo que son un verdadero bálsamo para el sistema nervioso.
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