lunes, 15 de enero de 2018

15 enseñanzas de María Montessori que ningún padre debería olvidar jamás



A lo largo de la historia, el mundo dio nacimiento a mujeres increíbles que fueron precursoras en muchas cosas de las que hoy gozamos de manera natural, pero que durante el siglo pasado representaron logros a obtener y derechos a conquistar que parecían imposibles.

Entre tantas mujeres destacadas, inteligentes y con espíritu de sacrificio en función de los demás, encontramos a esta educadora italiana llamada María Montessori, que se dedicó a tantas cosas que apenas podemos creerlo. Fue educadora, científica, pedagoga, médica, psiquiatra, filósofa, antropóloga, bióloga, psicóloga además de una ferviente católica feminista y humanista. ¡Fue la primera mujer italiana en obtener un título como doctora en medicina!

María Montessori fue precursora en un método basado en la posibilidad de que el niño evolucione haciendo las cosas libremente y a su ritmo. “Cada niño es único”, decía en sus escritos. Su método es uno de los primeros en considerar al niño como un individuo basándose en una educación sensorial además de un material didáctico especializado.

A medida que avanzaba en sus prácticas, María Montessori escribió en sus distintas obras numerosos principios en favor del desarrollo de los niños. Veamos algunas de sus enseñanzas simples que podemos seguir en favor de hacer niños más felices.


1) Los niños aprenden de todo lo que los rodea. Es por eso que sus padres son su mejor modelo.

2) Si los padres critican a un niño, lo primero que aprenderá es a juzgar.

3) Si por el contrario, los padres elogian de manera frecuente a su niño, aprenden a valorar.

4) Si los padres manifiestan hostilidad hacia su niño, aprenderá a pelear y a discutir.

5) Si los padres ridiculizan a su niño de manera frecuente, se convertirá en una persona tímida.

6) Si tu niño crece sintiéndose seguro de sí mismo, aprenderá a confiar en los demás.

7) Si desprecias frecuentemente a tu niño, desarrollará un sentimiento negativo de culpa.

8) Si demuestras a tu hijo que sus ideas y opiniones siempre son aceptadas, lo harás sentir bien y seguro de sí mismo.

9) Si tu hijo crece en un clima de protección, integridad y en el que se sienta amado, aprenderá a encontrar el amor en el mundo.

10) No hables nunca mal de tu hijo. Ni en su presencia, ni en su ausencia.

11) Como padres, valoren sus cosas buenas de manera tal que nunca haya lugar para las malas.

12) Escucha siempre a tu hijo y respóndele siempre que te pregunte algo o te hago un comentario.

13) Respeta siempre a tu hijo, incluso en los momentos en el que comete errores. Apóyalo. Un día u otro corregirá sus faltas.

14) Si tu hijo busca algo, debes estar dispuesto ayudarlo, permitiendo que por sí mismo encuentre lo que busca.

15) Cuando te dirijas a tu hijo, ofrécele lo mejor de ti.

Con estos consejos María Montessori no quería transmitir la idea de que debíamos dejar hacer a nuestros hijos lo que quisieran o que sean completamente libres. Debemos analizar estos consejos a través de un buen prisma, porque su intención es hacernos entender que como adultos somos guías y que debemos desarrollar las herramientas necesarias para hacerles descubrir de todo lo que pueden ser capaces.

Cada niño a su ritmo y con sus propias capacidades puede lograr todo lo que se proponga. Se trata simplemente de ser respetuoso e intuitivo para que su desarrollo se dé con naturalidad y por sobre todas las cosas, que sean felices.

Todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, pero muchas veces no sabemos muy bien cómo actuar. Aprendamos de estas personas que han hecho tanto por la educación y de quienes
podemos obtener consejos maravillosos. Hagamos nosotros también a nuestros hijos felices.

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